

Juguetes que invitan a un juego de BDSM ligero y divertido con tu pareja, siempre recordando que en punto de dureza lo decidirán ustedes mismos.
Esposas, antifaces, látigos, trajes de piel y cuero, pinzas para los pezones, aros para el pene...un mundo de juguetes sexuales para que disfrutes del sexo duro con tu pareja y ambos se la pasen genial.
Ninguna relación o práctica BDSM puede considerarse tal si no sigue una serie de preceptos y de normas morales que la diferencien del abuso,
Entregarte a los sentidos y ceder al deseo no te costará nada con esta hermosa colección restricciones de la colección Darkness.
Exquisitamente diseñado en color negro de calidad superior.
Elegante látigo de bondage 45cm.
Con mango de agarre para un uso fácil.
El uso del látigo, así como el de cualquier otro juguete sexual, debe hacerse en un ambiente totalmente privado y cómodo para la pareja, en el que ambos se sientan a gusto para dar rienda suelta a todos los juegos y prácticas sexuales que más deseo les inspiran.
El primer precepto del SSC es «Sensato». Una relación, práctica o sesión BDSM no debe suponer un potencial peligro para la integridad física o mental de sus participantes, no debe dejar secuelas que deriven en dolencias severas y debe respetar las normas esenciales de la higiene.
La obligación de que una relación/sesión o práctica BDSM sea sana engloba también al aspecto psicológico y mental. No se cumplirá este precepto si la relación/sesión o práctica crea secuelas traumáticas en la psique o si hiere de alguna forma los sentimientos de los implicados
El segundo precepto del SSC es «Seguro». Es una obligación ineludible el jugar con ciertas normas y mecanismos de seguridad que eviten situaciones de peligro y que funcionen de sistema de contingencia contra situaciones inesperadas que pueden resultar lesivas y/o traumáticas.
Es una obligación de todas las personas que participan en una relación, sesión o práctica BDSM velar en todo momento por la seguridad, independientemente de los roles que desempeñen, haciendo uso del sentido común y de la negociación de límites para evitar situaciones nocivas.
El tercer y último precepto del SSC es «Consensuado». El consenso mutuo debe ser el ingrediente fundamental de cualquier relación o práctica BDSM, se debe establecer un acuerdo explícito entre todas las partes implicadas, condicionado por los otros preceptos y acotado por unos límites claramente definidos que todas las partes se deben comprometer a respetar. La libertad de cada persona debe ser preservada en todo momento y no podrá llevarse a cabo ninguna acción unilateral que rompa el consenso, siendo necesario renegociar los límites.